Ayer, la maestra de mi peque me
comenta que ayer se negó en rotundo en participar en el ensayo de la canción de
navidad, por lo visto se sentó en el suelo y dijo que "estaba muy cansado
para cantar"... y claro, a ningún padre o madre nos gusta recibir estas noticias
pero no debemos perder de vista lo que a continuación voy a exponer...
El caso es que me ha pasado a mi, pero estoy segura que a todos los padres o madres hemos vivido esa experiencia
de trágame tierra o donde nuestra paciencia se ha tenido que multiplicar para
no pegar un grito o un bofetón. Actitudes que hoy en día, no están nada bien
vistas -y que apoyo-, pero no podemos negar que se nos haya pasado alguna vez por
la cabeza, si es que alguna vez no lo hemos hecho; ya sea por impotencia,
porque no sabíamos cómo manejar la situación o simplemente por modelaje -muchos
de nuestros padres optaron en algún momento por esa acción, yo recuerdo la
zapatilla de mi madre o el bofetón de mi padre cuando le contesté por primera
vez-.
Bueno papis y mamis, bienvenidos
a la etapa que muchos psicólogos, pediatras, educadores y padres definimos como
la primera adolescencia, es una etapa de desarrollo por la que pasan todos los
niños/as que va de los 2 a los 5 años (aproximadamente).
Su aparición va muy ligada al
desarrollo y grado de madurez del niño/a, podríamos decir que es una etapa de
transición, donde nuestro pequeño deja de ser bebe para convertirse en un
niño/a -como le comentaba hoy a una amiga, mi bebe ha desaparecido totalmente-.
Suele iniciarse alrededor de los
2 años que es cuando justamente aparecen los primeros conflictos, pues es
cuando el niño/a comienza adquirir una serie de habilidades dentro de su
desarrollo físico y cognitivo importantes, a que nos referimos: pues es capaz
de desplazarse autónomamente, empieza a hablar, a comer solo, adquiere el
control de esfínter, muestra curiosidad por todo lo que le rodea (juguetes,
objetos, personas...). Donde la autonomía e independencia comienza a florecer y
es donde empiezan a surgir las primeras rabietas! Es cuando empiezas a escuchar
la frase: "es que está hecho un
rebelde, lo quiere hacer él y a su manera"... Normalmente, rechazan
nuestra asistencia para hacernos saber que ellos son mayores y que puede
hacerlo sin que ninguna persona mayor les ayude. Sus frases favoritas "yo
solo", "es mío" o el tan temido "NO!" y les encanta
hacer justamente lo contrario de lo que les pides, todo esto combinado con las
rabietas y los berrinches para reivindicar sus gustos, preferencias o intereses,
es una cosa inevitable y además, hay que tener en cuenta que no saben esperar, ni controlar sus impulsos y están en un estadio muy egocéntrico...
De alguna manera; está creando su
personalidad, reivindica su individualidad, está creciendo, rompiendo el "cordón
umbilical" que le une a los padres -sobre todo con la madre- y lo que está
pasando es lo que tiene que pasar, tienes un hijo/a que está siguiendo su
desarrollo evolutivo. También, es cierto que ese proceso puede empeorar cuando: los niños viven situaciones familiares especiales -separaciones, duelos emocionales, llegada de un hermano...-, niños consentidos por sus familiares, incoherencia en criterios educativos por parte de sus padres, etc.
Está en nuestra mano guiarlos, marcar límites, trabajar las emociones y lidiar con toda la paciencia que tengamos para cada nueva situación que se nos plantea y como hacerlo:
Está en nuestra mano guiarlos, marcar límites, trabajar las emociones y lidiar con toda la paciencia que tengamos para cada nueva situación que se nos plantea y como hacerlo:
- No ceder ante las rabietas,
- En ese momento no podemos razonar con el niño/a, dejarle un espacio para que se calme.
- No perder la calma ni reaccionar como lo hace él.
- Alabar los comportamientos positivos a través de refuerzos positivos.
- Dejar que se equivoquen y en la medida posible puedan hacer por ellos mismos las cosas.
- No desautorizarse entre los padres y tampoco ningún miembro de la familia hacia sus padres, sobre todo delante del niño/a.
- Explicarles cuentos que traten el tema de las rabietas.
Se le conoce como la primera
adolescencia porque tiene cierta afinidad con la etapa de la adolescencia, que
conocemos la mayoría -que ya llegaremos-. Donde en ambas etapas se vive una crisis de búsqueda de
identidad.
Un apapachito para tod@s!
Un apapachito para tod@s!