sábado, 7 de junio de 2025

Zodiaco de Dendera

    En mi viaje a Egipto, tuve la oportunidad de traerme un papiro con la imagen del planisferio o zodiaco de Dendera, una representación del cielo muy bonita e única perteneciente a la civilización egipcia de 2075 años de antigüedad.    
    El zodiaco de Dendera es un bajo relieve de 1,55m de diámetro que representa un magnífico planisferio circular que decoraba el techo de la capilla número 2 del templo de Hathor, la deidad egipcia. Situado en la ciudad de Dendera, al norte de Luxor y data del año 50 a.C durante la dinastía Ptolemaica.
  Hoy, sin embargo, en esta localización solo encontraremos una copia, ya que el original se encuentra en el museo del Louvre en París; fue descubierto en 1801 por las tropas de Napoleón y, en 1822, con el consentimiento de Mohamed Alí, se organizó una expedición secreta para arrancar la pieza de su emplazamiento original y transportarla a la Francia, donde se ha conservado desde entonces.

    El Zodiaco de Dendera tiene un gran valor pues viene a representar la astroarqueologia más antigua hasta ahora encontrada y que ha podido sentar las bases para la confección de sistemas astronómicos y astrológicos posteriores. Pues, el estudio del mismo se ha barajado como un planisferio de la esfera celeste, mapa de estrellas o una representación astrológica de los conocimientos que tenían sobre las constelaciones y los planetas que tenían los egipcios, con influencias griegas y babilonias, hasta ese momento.

     Antes de pasar a la descripción del zodiaco o planisferio de Dendera, cabe destacar que esta obra es más que arte porque además de ser bella en si, todo lo expresado tiene un significado. Además, si analizamos su iconografía​ podemos detectar una herencia tardía de las culturas babilónicas a través de la cultura griega, con una clara representación egipcia.

    Así pues, su representación en forma circular es único en el arte del Antiguo Egipto, siendo más normales los zodiacos rectangulares, como los que decoran la pronaos (vestíbulo o pórtico que se encuentra antes del santuario)  del mismo templo o los «techos astronómicos» de las tumbas del Valle de los Reyes.

    La bóveda celeste del zodiaco podemos dividirlo en dos círculos uno exterior y el otro interior.

    En el circulo exterior podemos encontrar cuatro figuras femeninas con los brazos elevados que vienen a representar las 4 diosas de los cuatro puntos cardinales (Norte, Sur, Este y Oeste) que sujetan el firmamento. Entre éstas se encuentran unas 8 figuras hieracocéfalas (con cabeza de halcón) que vienen a representar los contrafuertes para poder reforzar o sostener este cielo nocturno y la combinación de los puntos cardinales (noreste, sudeste, sudoeste y noroeste).

    En el circulo interior o parte central del planisferio se encuentran las constelaciones decanales, meridionales, zodiacales y circumpolares y/o septentrionales:

    Las constelaciones decanales son un primer anillo con 36 figuritas diferentes que vienen a representar los decanos (que serían la representación de constelaciones completas, asterismos -grupos de estrellas que representan una porción de las constelaciones- o estrellas solitarias), simbolizando los 360 días del año egipcio quedando 5 días que corresponden a los días epagómenos. La civilización egipció representaba el día en 12 horas diurnas y 12 horas nocturnas. Eran 36 decanos los que tenían para marcar las 12 horas nocturnas de los primeros 360 días del año, para los cinco días restantes o los epagómenos, nombre griego de los cinco días añadidos al ciclo solar de 360, donde se celebraba el nacimiento de los cinco dioses (Osiris, Isis, Set, Neftis y Horus) pero estos cinco no se encuentran representados en este planisferio.

    Cuando el decano ocupaba un lugar en el cielo marcaba una hora concreta nocturna, que esta a su vez y cada diez días avanzaba una posición hasta completar el circulo de los 36 decanos y aunque el tiempo de duración del ciclo solar iba variando, ellos lo marcaban igual, de ahí que surgieran los epagómenos.

    En el centro se encuentra las constelaciones septentrionales (son aquellas que se encuentran en el hemisferio norte del ecuador celeste) y circumpolares (no se ocultan por debajo del horizonte y se ven durante todo el año). Comenzando por el centro (que representa el norte), nos encontramos con la Osa Menor representada por un pequeño cánido caminando sobre lo que parece ser un arado, un modelo similar a las referencias grecolatinas. Que une a la Osa Mayor con la diosa Tauret. 

    La Osa Mayor dista un poco más de nuestra concepción siendo representada como la pata de un toro, en concreto la pata trasera de Tauro, que según la historia mesopotámica de su origen, fue despojado de sus cuartos traseros y lanzados al cielo. Esta señala la figura de Horus y Isis.

    La constelación de Draco, es una clara referencia a un dragón de larga cola, aquí aparece representada como un hipopótamo como referencia a la diosa Tuaret, símbolo de nacimiento. Esta constelación, de gran tamaño, abarca un espacio bastante amplio del disco y se considera que posiblemente ocupara el actual espacio de Bootes, Hércules, Lyra y Draco. 

    También aparecen representados Cassiopeia, Ophiuchus, Auriga, y otras figuras menores menos identificables. 

    En torno a las figuras centrales, encontramos las constelaciones zodiacales. Aunque aparecen las 12 constelaciones que han llegado hasta nuestros días, la iconografía de las mismas es variable. Algunas de ellas tienen una clara influencia babilónica como Tauro o Virgo y/o la influencia grecolatina como Aries. En otras, sin embargo, prevalece la corriente artística y mitológica egipcia, como Capricornio o Acuario. Así podemos encontrar a:

  • Aries: Carnero reclinado con cola larga. Su origen grecolatino.

  • Tauro: Representado como un toro, haciendo referencia a su origen mesopotámico donde se la denominaba Toro de Anu, el dios del cielo. 

  • Géminis: Dos figuras humanas agarradas de la mano, una masculina y otra femenina, identificadas como Shu y Tefnut. 

  • Cáncer: Al igual que las referencias griegas, se representa con un cangrejo. 

  • Leo: Queda dibujado por un león de gran tamaño cuya cola es sujetada por una figura femenina, seguramente represente alguna estrella de la constelación de virgo y se encuentra sobre una serpiente que corresponda a Hidra. Se considera que los egipcios ya representaban esta constelación como un león. 

  • Virgo: Figura femenina que sujeta una espiga, es de origen babilónico. La espiga hace referencia a la estrella más brillante de la constelación. 

  • Libra: Representada en este planisferio como una balanza. Por encima de ella aparece un disco con un niño que podría simbolizar un punto de equinoccio otoñal. Vendría a representar el nacimiento de Horus. 

  • Escorpio: Una clara referencia a un escorpión. 

  • Sagitario: Figura híbrida que combina cuerpo de hombre, patas de caballo y cola de escorpión.

  • Capricornio: Esta extraña representación muestra la figura de un animal con cabeza y patas delanteras de cabra y cola de pez. Su origen es coincidente en babilonia y egipto. 

  • Acuario: Figura humana que vierte agua sobre un pez. Representa al dios egipcio Hapi y el pez, muy probablemente, es la estrella más brillante. Constelación relacionada con la crecida del Nilo.

  • Piscis: Dos peces que se unen a través de sus colas. Entre ellos una figura rectangular representando un campo de cultivo, representación babilónica. Y justo debajo se encuentra el equinoccio de primavera, representado por un figura femenina que sostiene un babuino (representa la sabiduría).

Fuera del círculo de constelaciones zodiacales aparecen las constelaciones meridionales que completan el planisferio celeste de Dendera. El conjunto de estrellas que hoy identificamos como Can Mayor y Orión, están situadas bajo Cáncer y Géminis y Géminis y Tauro, respectivamente. La primera se muestra como un vaca recostada sobre una barca (Sepedet). Orión, por su parte, se representa como una divinidad egipcia (Sah) con la corona del alto Egipto. 

A la izquierda de Sepedet nos encontramos otras seis constelaciones con una mayor carga iconográfica egipcia y que resulta difícil identificar con nuestras actuales representaciones. 


Entre esta maraña de dibujos se identifican varias figuras humanas de tamaño pequeño en lugares estratégicos. Estas cinco figuras representan a los cinco planetas conocidos: Júpiter, Mercurio, Saturno, Marte y Venus. Se considera que la posición de los planetas según tratados astrológicos, se posicionan en el momento del nacimiento del mundo. 


Y hasta aquí la entrada de hoy, un apapachito enorme. 


1 comentario:

  1. Hola Mireya, que bonita narración de tu último viaje a la tierra de los faraones. Lugar que siempre tuvisteis la ilusión de visitar y de alli
    te traiste una copia del el Zodiaco de Dendera, del cual as desarrollado algo que me a fascinado y por el que te felicito.

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