martes, 23 de abril de 2024

Sobrevivir en la mente o vivir en el corazón

Desde muy pequeña me he hecho muchas preguntas, no siempre fáciles de responder. Recuerdo que había cosas de la vida de los adultos que no entendía, que no comprendía, que no estaba de acuerdo y que no me gustaban. Supongo que esto me llevó a ser muy curiosa, quería saber y estudiar, para entender, comprender y encontrar un sentido a todo lo que vivía. Y todavía sigo aprendiendo y buscando...

Así empieza su relato la autora Judit Mateu Cochs, en su libro titulado Sobrevivir en la mente o vivir en el corazón...Y sabéis una cosa me recuerda mucho a mí. Así que a continuación, dejo toda una serie de aprendizajes que me llevo de este libro que recomiendo...Un gran viaje de la mente al corazón.

LA MENTE:

  • El cerebro es un órgano que regula las funciones vitales del cuerpo.
  • Tenemos 4 cerebros: el reptiliano, el límbico, el cuerpo calloso y el neocórtex cerebral. Cada uno tiene su razón de ser y funcionan de manera entrelazada y interdependiente.
  • La mente es una entidad más abstracta, es un conjunto de procesos que emergen del cerebro y es única en cada individuo.
  • De momento decimos que tenemos una mente consciente o racional y una mente no consciente o inconsciente/subconsciente.
  • La mente consciente se encarga de pensar y reflexionar, de asociar e integrar nuestras percepciones para la toma de decisiones. 
  • La mente no consciente alberga todo lo que no queremos recordar por diferentes motivos. Sin ser consciente de ello, influye y condiciona la mente consciente, es decir, nuestra toma de decisiones. 
  • También existe un inconsciente colectivo que alberga todo lo que como especies o hasta animales, compartimos entre nosotros. Se muestra en forma de una energía universal y condiciona nuestra manera de sentir, pensar y actuar. 
  • Nosotros no somos nuestra mente ni lo que pensamos, nosotros somos este Ser pensante, esa Conciencia que hay más allá de nuestra mente.
  • Si aprendemos a poner más atención a nuestra vida, seremos más conscientes de lo que pensamos, podremos decidir si nos dejamos traspasar por los mensajes que escuchamos y podremos elegir quedarnos con los mensajes que nos aportan bienestar. 
  • La mente nos ayuda a sobrevivir, pero no nos ayuda a vivir. No puede ayudarnos a solucionar nuestros problemas porque es parte de ellos. Si vamos más allá de nuestra mente y somos más conscientes de ésta, estaremos más conectados con nuestro Ser profundo, y desde el Ser recuperaremos nuestro poder personal
LAS EMOCIONES
  • Se sabe que el corazón, además de bombear sangre al cuerpo, tiene un sistema nervioso propio y procesa emociones de manera independiente del cerebro.
  • Desde siempre se había creído que el cerebro era el único órgano que mandaba información al resto del cuerpo. Hoy en día ya existen investigaciones publicadas en el campo de la neurociencia que demuestran  que el corazón y el cerebro están conectados a través de vías eferentes (descendentes) y aferentes (ascendentes) y el 90% de las fibras nerviosas que los conecta ascienden del corazón al cerebro. El cerebro también, recibe información del resto del cuerpo, sobre todo del corazón y de los intestinos.
  • Si el cerebro y el cuerpo están interrelacionados, es lógico aceptar que lo que pensemos influye en nuestro cuerpo y en nuestras emociones, y que estas, al ser vividas en el cuerpo y sentidas en el corazón, influyen en nuestro cerebro.
  • Es importante atender nuestras emociones, pues se sienten en nuestro corazón y este influye de manera importante a nuestro cerebro, a nuestro sistema nervioso autónomo y a nuestro sistema inmunitario.
  • El termino Emoción deriva del latín emotio, que significa movimiento.  La emoción es un movimiento natural que vive en nuestro cuerpo.
  • El cuerpo se pone en movimiento y reacciona ante cualquier situación real, o simplemente ante un pensamiento, en forma de emoción, como consecuencia de la reacción hormonal que se despierta ante esta situación o pensamiento. 
  • Todas las emociones son positivas, nos traen un mensaje para comunicarnos algo valioso, nos traen una información que deberíamos incluir en nuestra toma de decisiones, para que podamos atender mejor nuestras necesidades, deseos y anhelos vitales.
  • Entre algunas de las emociones de supervivencia podemos nombrar el miedo, la tristeza, la rabia, la alegría, la sorpresa, la aversión, la culpa y la vergüenza.
  • Podemos dejar que la emoción se viva en el cuerpo de manera natural o podemos interrumpir este movimiento, entonces es cuando no nos permitimos vivirla y se queda reprimida en nuestro cuerpo.
  • Reprimimos las emociones porque no queremos sentir el dolor emocional, porque no nos han enseñado a hacerlo de otra manera y porque vivimos en una sociedad en permanente estrés, siempre en el hacer y pendiente de las redes sociales, donde no hay margen para el silencio, para parar, para descansar y sentir qué pasa en nuestro interior
  • El cuerpo no puede sostener tanta energía emocional reprimida de manera continuada y permanente, con lo que tarde o temprano nos pasará factura respondiendo con algún síntoma físico o enfermedad más o menos grave
  • Lo óptimo sería poder identificar las emociones cuando surgen, detenernos a observarlas, aceptarlas sin juzgarlas, es decir, sostenerlas con compasión, sentirlas con el cuerpo, darles espacio para que se expresen y tomar la información que nos traen como valiosa, para poderla incluir en nuestra toma de decisiones.
  • Además de las emociones de supervivencia, existen otras emociones más elevadas, más profundas, que emanan de nuestro interior y son conocidas como "Estados del SER", como son el AMOR, la GRATITUD, la DICHA, la INSPIRACIÓN, la LIBERTAD, el EMPODERAMIENTO, el RECONOCIMIENTO, la BONDAD, el ALTRUISMO, la COMPASIÓN y el estar ENAMORADOS DE LA VIDA
  • A diferencia de las emociones de supervivencia, lo interesante de las emociones más elevadas es que las podemos activar a voluntad porque emanan de nuestro interior
  • Si somos capaces de reconocer en nosotros estas cualidades de las emociones elevadas y además las ponemos en práctica activándolas a voluntad, tendremos las mejores herramientas para poder sostener las emociones de supervivencia son más AMOR, BONDAD, COMPASIÓN y GRATITUD.
  • Acoger las emociones de supervivencia que llegan sin ser llamadas en este estado del SER más elevado, nos ayuda a sentirnos más completos y menos dependientes de nuestro entorno. Nos sentiremos más integrados y con más PAZ.
  • Ir al encuentro de estas emociones elevadas requiere ir al encuentro de nuestro inconsciente para que este no nos gane la batalla, e ir al encuentro de nuestro cuerpo para descubrir la esencia que se aloja en nuestro interior, encerrada dentro del sistema de adaptación, protecciones y corazas que nos hemos construido. 

EL CUERPO

  • Podemos ver el cuerpo como la casa de las mentes (consciente e inconsciente) y de las emociones, como una caja negra que registra todo lo que hemos vivido desde nuestra experiencia in utero hasta el día de hoy.
  • De pequeños, es más importante la necesidad de pertenencia a un clan que la necesidad de autoafirmación y autorealización personal, aprendemos rápido que tenemos que adaptarnos a las exigencias y necesidades del entorno si queremos sentirnos queridos por este, aunque sea a costa de renunciar a nuestras necesidades y a nuestra esencia.
  • Con el sistema de defensa activado, es decir, con el radar enfocado hacia fuera es imposible atender lo que ocurre en el cuerpo.
  • Si no nos sentimos suficientemente sostenidos por nuestro entorno, nos puede abrumar tanta emocionalidad, y la única manera que tenemos de no sentir las emociones es desconectarnos del cuerpo.
  • Si nos desconectamos del cuerpo y no sentimos la emoción, no solamente no sentirnos el dolor de la emoción, sino que tampoco sentimos el dolor que se despierta cuando esta emoción no es bien acogida por el entorno y, si además no hay entorno a nuestro alrededor, tampoco sentimos el dolor de la soledad de no poder compartir con nadie esta emoción.
  • Que no sintamos ni expresemos la emoción  para adaptarnos a nuestro entorno no significa que la emoción no exista y sea vivida por, y en el cuerpo, simplemente la emoción no es liberada, se queda en el cuerpo y esto nos pasa factura de alguna manera al cabo de los años, en forma de tensiones musculares u otros síntomas o enfermedades más o menos graves.
  • La desconexión del cuerpo y de todo lo que circula en él es un mecanismo automático del cerebro subcortical, que debemos honrar y agradecer porque nos ha permitido sobrevivir hasta la edad adulta. 
  • El cerebro tiende a recordar lo bueno y a olvidar, lo malo. En realidad es el cerebro cortical -es decir, el consciente- quien olvida. Que el cerebro cortical olvide no significa que el cuerpo olvide. 
  • Las experiencias que olvidamos no desaparecen, quedan retenidas en el cerebro subcortical, sede del inconsciente. Si la mente forma parte del cuerpo, toda nuestra historia personal se queda grabada en nuestro cuerpo, en esta caja negra donde queda registrado todo lo vivido.
  • Lo que fue útil para sobrevivir de pequeños también es útil para sobrevivir de adultos, pero sobrevivir no es lo mismo que vivir. Lo que nos sirvió para sobrevivir de pequeños no nos sirve para vivir de adultos.
  • Si queremos vivir en vez de sobrevivir, tenemos que aprender a hacerlo diferente, tenemos que confiar que podemos hacerlo de manera diferente. 
  • Cuando somos adultos y por lo tanto menos dependientes, va creciendo la necesidad de reconocernos y de que nos reconozcan por lo que somos, no por lo que se espera de nosotros. Cobra más importancia la necesidad de autorrealización y de encontrar un sentido a la vida que la necesidad de pertenecer  y ser aceptados
  • La curiosidad de ir a explorar el cuerpo es una tarea de la mente consciente. No obstante, como la mente consciente está tan condicionada por la mente inconsciente, esto se convierte en una tarea casi imposible si no hay mucha voluntad, coraje y determinación, o la vida nos depara experiencias que ya no nos dan otra opción que mirar hacia dentro. 
  • Una buena salud física, emocional y mental, además de energética y espiritual, requiere el cuidado de nuestra casa, pero no solamente de la fachada sino también de su interior, hasta el último rincón ¡incluido trastero!
  • Encontrar la llave que nos permite entrar, visitar y habitar nuestra casa nos permitirá conocer nuestra verdadera historia de vida, la que ya conocemos y la que desconocemos, pero que justamente es la que más nos condiciona y nos suele crear malestar. 
  • Entrando y explorando el cuerpo, penetrando poco a poco entre las capas, protecciones y corazas que nos hemos instalado de manera inconsciente para adaptarnos a nuestro entorno, podremos llegar hasta el corazón, hasta nuestro SER más profundo, activando a voluntad nuestras emociones más elevadas, para poder aceptar mejor nuestra historia de vida, sin juicio y compasión. 
  • Practicar el silencio y poner atención a la respiración nos ayuda a habitar el cuerpo, ser más conscientes de la experiencia que estamos viviendo en cada momento y estar más disponibles para escuchar lo que necesitamos, deseamos y anhelamos.

MÁS ALLÁ DEL CUERPO, MENTE Y EMOCIONES: LA DIMENSION DEL SER ESENCIAL

  • Situarnos como espectadores de nuestros pensamientos nos ayuda a no identificarnos con ellos, a reconocer los pensamientos negativos y a poder situarlos fuera de nosotros, y eso hará que seamos capaces de modificarlos y transformarlos en pensamientos positivos, menos exigentes, más compasivos y amorosos. 
  • Situarnos como espectadores de nuestras emociones nos ayudará a anticiparnos a lo que éstas han venido a contarnos, a reconocer lo que necesitamos en cada momento.  Si además, practicamos la atención mediante la meditación, vamos a fortalecer las estructuras cerebrales, encargadas de activar a voluntad emociones más elevadas como el AMOR, la COMPASIÓN y la GRATITUD o BENEVOLENCIA, que nos va a permitir sostener mejor la emociones de supervivencia. 
  • Poder tomar distancia y situarnos como espectadores y observadores  de todo lo que ocurre en nuestro cuerpo nos permite recuperar nuestro poder personal, ser menos esclavos de nuestros pensamientos y vivir menos secuestrados por nuestras emociones. 
  • Para poder situarnos en una posición de observadores de nosotros mismos necesitamos parar, practicar el silencio, respirar habitar el cuerpo, observar y escuchar lo que ocurre en él para saber qué sentimos y, sobre todo, qué necesitamos.
  • Practicar el silencio y la atención plena y dejar de estar en piloto automático es un requisito indispensable para estar disponibles para la observación y la escucha de los anhelos más profundos que alberga nuestro corazón y poder vivir en él, fuente de sabiduría, pues nos ayuda a anticiparnos a lo que necesitamos para nuestro bienestar. 
  • Más allá del cuerpo hay un SER que se sabe dentro de este cuerpo, que tiene la capacidad de no identificarse con este cuerpo, y no solamente esto, sino de ir más allá de este cuerpo, con un corazón expandido a voluntad por un mente ilimitada.

MAS ALLÁ DEL SER: EL TODO

  • Tenemos una mente cognitiva consciente y una mente somática inconsciente. Esta segunda condiciona nuestra toma de decisiones, limitando nuestro libre albedrío, sin nosotros ser consciente de ello.
  • Como adultos somos capaces de sostener nuestra emociones, tener menos miedos...Sabemos que por nuestro cuerpo circulan emociones de supervivencia y además, podemos acceder a emociones superiores o estados del Ser, a voluntad. Sabemos que el cuerpo es la casa de nuestro Ser o de nuestra esencia. 
  • Para generar cambios necesitamos hacer las cosas, pensar y sentir de manera diferente. Introduciendo nuevas rutinas, hecho que al principio es difícil puesto que el cerebro tiende a tomar el circulo neuronal más consolidado por el hábito. 
  • El cerebro tiende hacer y repetir las cosas que conoce, por eso es tan importante apelar a la voluntad, retar al cerebro a los cambios, haciendo y poniendo la atención a cosas y actividades diferentes que permitan reeducarlo para consolidar nuevos circuitos neuronales. 
  • Conducir a este SER hacia el ser y no hacia el hacer.
  • Y poder vivir un viaje que supone dejar de sobrevivir en la mente limitada, gracias al dialogo con nuestro inconsciente, ir al encuentro de lo que hay de doloroso y luminoso en lo más profundo de nuestro cuerpo para sostener lo que circula en él y a través de él. Y a si mismo, aprender poco a poco a vivir en nuestro corazón y poder expandirnos como una mente ilimitada.  Así este tándem de mente y corazón, da consciencia de ser ilimitado, que a la vez nos regresa a la unidad, a casa y a encontrarnos con la Paz. 
Y si queréis más información no dejéis de leerlo porque vale la pena. 
Un apapachito para todas!


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